¿Volvemos? Un montón de cosas pendientes que contar
Entre la Navidad, el cierre de coles por las nieves y nuevos terremotos, la acumulación de compromisos laborales o seudo-laborales, y un estado de ánimo un poco anárquico, hace la tira que no publico en el blog.
Y es una pena. Porque este blog me sirve para cazar recuerdos. Recuerdos que un día espero poder reavivar en los peques, cuando, tal vez entre la curiosidad y la vergüenza ajena, lean esta web....)
No quiero que se me olviden los dos cuentos que he publicado en Principia (ni mi encantador Robaletras, ni mi preciosamente ilustrada Lagartija), ni tampoco el fabuloso viaje que, en solitario, Mía y yo nos marcamos a Madrid a principios de diciembre, a ver a los abuelos, Cortilandia y los castillos de saltos que Mía adoró profundamente. Sobre lo estupendo y maravilloso que para mí fue esta experiencia compartida tengo que escribir cuidadosamente.
Tampoco quiero que se me olvide la visita de Papá Noel, las vacaciones en Lavarone, ni el cumple de Mirko, ni mi primer jersey tejido, ni la receta de los Nutellitos (que es la más fácil del universo), ni los talleres de la Serra Meridiana, ni el Año nuevo Chino del gallo, con esa "gallina che fa paura".
No quiero que acabe por difuminarse en mi memoria mi primera función de Navidad de Andrés y Mía (que el belén viviente de cuando tenían apenas 13 meses me lo perdí, enclaustrada por embarazo de altísimo riesgo de Martina), sus caritas de orgullo con esas túnicas de angelito y lo bien que seguían la coreografía y las canciones enseñadas por la maestra Selmira.
Ni tampoco nuestra primera vez en el cine.
Y quizás estaría bien que reflexionase un poco y escribiese aquí sobre mis inquietudes con el lenguaje, ahora que estamos en plena valoración de la logopeda, y en plenas pruebas porque, aunque avanzan muchísimo y son unos campeones, A y M, que empezaron siendo bilingües, siguen penando un poquito con la dicción y las palabras.
Así que debería volver y debería encontrar (entre marcos teóricos, post detox, artículos sobre creatividad, lecturas fonológicas y batti cinques, entre tejidos y recetas y agotamientos, y peleas con el tostón de manual del carnet de conducir) debería encontrar unos minutos para seguir presente por aquí.
A ver si lo consigo.
Y es una pena. Porque este blog me sirve para cazar recuerdos. Recuerdos que un día espero poder reavivar en los peques, cuando, tal vez entre la curiosidad y la vergüenza ajena, lean esta web....)
Tampoco quiero que se me olvide la visita de Papá Noel, las vacaciones en Lavarone, ni el cumple de Mirko, ni mi primer jersey tejido, ni la receta de los Nutellitos (que es la más fácil del universo), ni los talleres de la Serra Meridiana, ni el Año nuevo Chino del gallo, con esa "gallina che fa paura".
No quiero que acabe por difuminarse en mi memoria mi primera función de Navidad de Andrés y Mía (que el belén viviente de cuando tenían apenas 13 meses me lo perdí, enclaustrada por embarazo de altísimo riesgo de Martina), sus caritas de orgullo con esas túnicas de angelito y lo bien que seguían la coreografía y las canciones enseñadas por la maestra Selmira.
Ni tampoco nuestra primera vez en el cine.
Y quizás estaría bien que reflexionase un poco y escribiese aquí sobre mis inquietudes con el lenguaje, ahora que estamos en plena valoración de la logopeda, y en plenas pruebas porque, aunque avanzan muchísimo y son unos campeones, A y M, que empezaron siendo bilingües, siguen penando un poquito con la dicción y las palabras.
Así que debería volver y debería encontrar (entre marcos teóricos, post detox, artículos sobre creatividad, lecturas fonológicas y batti cinques, entre tejidos y recetas y agotamientos, y peleas con el tostón de manual del carnet de conducir) debería encontrar unos minutos para seguir presente por aquí.
A ver si lo consigo.
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