El regalo más bonito del mundo
Anoche mis hijos no tenían muchísimo sueño... de vuelta del cole, agotados, y un poco catarrosos, cayeron en una siesta que ya casi nunca se produce y que, en el caso de los mellis, se alargó pasadas las 6 de la tarde... ¡Horror!
Yo duermo a mis hijos. Aquí mi marido rebatirá y dirá que él lo hace alguna vez también y no será trola del todo (los duerme si no estoy yo porque -dos veces ocurrió en 2017- estoy en un viaje de trabajo, o si estoy reventada y se lo imploro) El 98,9% de las veces soy yo quien se encarga de esto.
Me tumbo entre ellos, con las preceptivas quejas y enfados porque todos tienen que estar a mi lado y ninguna postura les cuadra teniendo yo solamente dos lados, izquiero y derecho... y negándome últimamente q que me estén encima (que además es super incómodo con libro...)
Cuando más o menos triunfa la diplomacia leemos cuentos, que si el "Pappamola" de Stephanie Blake, que si "Superconiglio", que si "El supermercato degli animali" -que últimamente es el favorito de Andrés, aunque no quiere en realidad que lo lea sino que finja las voces de las hormigas, los petirrojos y las focas monje- que si Ancora, que si "Il coccodrillo che non amava el acqua"... mínimo tres, uno por barba, que si no se cabrean
Y superada la fase, tengo sed... todos a por agua, que si no se cagan solos en la oscuridad.. superada la caca, o el pipí, o el tengo hambre... ay, se me ha olvidado lavarme los dientes (trola!)... cuando ya me cierro en banda y digo que hay que dormir y apago la luz y la linterna (dejo solo el panda, que si no ya os digo, les da la mieditis...)
Pues jugamos a que sean ellos los que me cuenten historias inventadas o lo hago yo, pero ya sin libro, ni luz... a ver si caen...
Y ayer estaba yo en vena y me inventé una que fue un poco un experimento... Y como me encantó y no tengo abuela, os la cuento...
Estaba yo un poco grogui pero básicamente había una niña pequeña ¿e comme se chiameva.. (siempre así, con el error)? Comme si chiamava? Pues Mía... y Mía quería ir a un castillo de saltos (un parque de bolas con castillos hinchabes y camas elásticas de esos que les pirran)
Pero no podía porque un brujo egoísta y envidioso lo había cerrado a cal y canto con un encantamiento
Abre, abre, anda... le decía la niña. Y él que nanay...
Hasta que a la peque, que era más dulce que un bocata nocilla, se le ocurrió que sí tendría que hacerlo si le encontraba el mejor regalo del mundo. ¿hacemos un trato? Y el brujo, que vale.
Y esta fue la parte más guay, preguntarles... ¿qué podría ser el mejor regalo del mundo para el brujo, y para ellos?
- Una camiseta... dijo Mía... que ahora está enamorada de las suyas, en fase it girl total
- Las cartas de perros, sugirió Andrés (un juego que ya os contaré... un exitazo, de Djeco)
- Raffael... esto idea de Marti... q me da que se ha enamorado del compi de clase de A y M, que de vez en cuando viene a vernos
Y yo, no, no... el brujo puede fabricarse cualquier camiseta, las cartas están bien, son divertidas, pero no son el mejor regalo... a Raffael no podemos dárselo...no se regalan niños...
- Y un hamster?
Mmmm, interesante... un hamster le haría mucha compañía... Creo que el brujo está cada vez más contento y divertido con la conversación
Ah, ya sé... suelta Mía (os juro que es cierto, que lo dijo ella sola sin ningún tipo de truqui por mí parte, sin ventriloquía ni nada) "una mamma!!!)
Quise morir de amor y casi se me cayó una lagrimica (aunque Mirko cuando se lo haya contado esta mañana diga que eso es que lo han aprendido en el cole... qué pelusa, oye...)
Tras el subidón, pactamos que un amigo era el mejor regalo del mundo. Q Mía sería amiga del brujo, saltarían juntos en el castillo, le enseñaría a hacer el tobogán más alto y jugarían con el hamster los dos, con otros niños
Y ahí cerramos los ojos, y hasta mañana (Marti ya roncaba) y yo caí. Y otra noche me la hice entre el trío... q os imagináis lo q mola en dolor de to...
¿Pero quién les deja solos después del piropazo? ¡¡¡Nunca me habían dicho antes que era- no ya un regalo- sino el mejor del mundo!!! ¡¡El mejor regalo del mundo!! Pero os dais cuenta qué flipe???
En fin, voy a ver si me pongo un ancla al tobillo o algo y dejo de levitar
Yo duermo a mis hijos. Aquí mi marido rebatirá y dirá que él lo hace alguna vez también y no será trola del todo (los duerme si no estoy yo porque -dos veces ocurrió en 2017- estoy en un viaje de trabajo, o si estoy reventada y se lo imploro) El 98,9% de las veces soy yo quien se encarga de esto.
Me tumbo entre ellos, con las preceptivas quejas y enfados porque todos tienen que estar a mi lado y ninguna postura les cuadra teniendo yo solamente dos lados, izquiero y derecho... y negándome últimamente q que me estén encima (que además es super incómodo con libro...)
Cuando más o menos triunfa la diplomacia leemos cuentos, que si el "Pappamola" de Stephanie Blake, que si "Superconiglio", que si "El supermercato degli animali" -que últimamente es el favorito de Andrés, aunque no quiere en realidad que lo lea sino que finja las voces de las hormigas, los petirrojos y las focas monje- que si Ancora, que si "Il coccodrillo che non amava el acqua"... mínimo tres, uno por barba, que si no se cabrean
Y superada la fase, tengo sed... todos a por agua, que si no se cagan solos en la oscuridad.. superada la caca, o el pipí, o el tengo hambre... ay, se me ha olvidado lavarme los dientes (trola!)... cuando ya me cierro en banda y digo que hay que dormir y apago la luz y la linterna (dejo solo el panda, que si no ya os digo, les da la mieditis...)
Pues jugamos a que sean ellos los que me cuenten historias inventadas o lo hago yo, pero ya sin libro, ni luz... a ver si caen...
Y ayer estaba yo en vena y me inventé una que fue un poco un experimento... Y como me encantó y no tengo abuela, os la cuento...
Estaba yo un poco grogui pero básicamente había una niña pequeña ¿e comme se chiameva.. (siempre así, con el error)? Comme si chiamava? Pues Mía... y Mía quería ir a un castillo de saltos (un parque de bolas con castillos hinchabes y camas elásticas de esos que les pirran)
Pero no podía porque un brujo egoísta y envidioso lo había cerrado a cal y canto con un encantamiento
Abre, abre, anda... le decía la niña. Y él que nanay...
Hasta que a la peque, que era más dulce que un bocata nocilla, se le ocurrió que sí tendría que hacerlo si le encontraba el mejor regalo del mundo. ¿hacemos un trato? Y el brujo, que vale.
Y esta fue la parte más guay, preguntarles... ¿qué podría ser el mejor regalo del mundo para el brujo, y para ellos?
- Una camiseta... dijo Mía... que ahora está enamorada de las suyas, en fase it girl total
- Las cartas de perros, sugirió Andrés (un juego que ya os contaré... un exitazo, de Djeco)
- Raffael... esto idea de Marti... q me da que se ha enamorado del compi de clase de A y M, que de vez en cuando viene a vernos
Y yo, no, no... el brujo puede fabricarse cualquier camiseta, las cartas están bien, son divertidas, pero no son el mejor regalo... a Raffael no podemos dárselo...no se regalan niños...
- Y un hamster?
Mmmm, interesante... un hamster le haría mucha compañía... Creo que el brujo está cada vez más contento y divertido con la conversación
Ah, ya sé... suelta Mía (os juro que es cierto, que lo dijo ella sola sin ningún tipo de truqui por mí parte, sin ventriloquía ni nada) "una mamma!!!)
Quise morir de amor y casi se me cayó una lagrimica (aunque Mirko cuando se lo haya contado esta mañana diga que eso es que lo han aprendido en el cole... qué pelusa, oye...)
Tras el subidón, pactamos que un amigo era el mejor regalo del mundo. Q Mía sería amiga del brujo, saltarían juntos en el castillo, le enseñaría a hacer el tobogán más alto y jugarían con el hamster los dos, con otros niños
Y ahí cerramos los ojos, y hasta mañana (Marti ya roncaba) y yo caí. Y otra noche me la hice entre el trío... q os imagináis lo q mola en dolor de to...
¿Pero quién les deja solos después del piropazo? ¡¡¡Nunca me habían dicho antes que era- no ya un regalo- sino el mejor del mundo!!! ¡¡El mejor regalo del mundo!! Pero os dais cuenta qué flipe???
En fin, voy a ver si me pongo un ancla al tobillo o algo y dejo de levitar
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