Visitas post parto ¿a casa, al hospi o prohibidas del todo?

En un gesto que me llena de felicidad, mi preñi amiga Vanessa me dice que por qué no elucubro sobre ese protocolo, no necesariamente gozoso, de las visitas a las recién paridas. Concretamente, centrándome en si es mejor que sean en casa o en el hospital en que hayas parido... Ay, amigas, un mundo este... que depende, por mi experiencia, de numerosos factores.

Depende de cómo haya sido tu parto, y de cómo y dónde estén los peques (ojo a las maternidades pequeñitas que en casos de urgencia te trasladan a los críos a un gran hospital y te dejan más sola que la una en el que pariste, lo sé porque una amiga lo ha vivido)

Sin llegar a esos extremos, os puedo contar mi experiencia. Mi parto gemelar fue, digámoslo sin hacer sangre y sin vocación aterrapreñante, rocambolesco. No solo porque casi palmo... A, con su bracito roto, pasó las primeras 24 h en neonatos, mis primeros momentos de puerpera los pasé sondada, con un cojín de 5 kg de peso sobre mi abdomen que pretendía encoger mi rebelde útero ,sondada -reitero-, obligada a permanecer en la cama y con más cables saliendo de mi cuerpo que un árbol de Navidad...

Aún así, quisieron los hados que pariese un ocioso 31 de octubre, víspera de puente nuboso en Madrid, temporada de buñuelos y nostalgias... y de chorreón de visitas al hospital.

Muy majos mis familiares, menos majos los que llegaban en hora de la siesta, y regulero de majos los que se acercaban pasadas las 22 de la noche (caso real. Viva O'Donell y su jipismo visitante)...

Mejorable la actitud de todos aquellos que:

a) querían competir para demostrar que su parto fue peor y más complicado (que ganasen ellas! qué perra!)

b) te comentaban la mala cara que tenías (a ver si esperaban a Giselle Bundchen en vez de a mí)

c) te pedías que te tapases la teta porque no sé qué varón de la familia debía entrar a saludar a la prole... (como para que le boicoteen la lactancia está una recién estrenada madre)

En todo caso me harté de buñuelos... tantos teníamos que Mirko los metía pese a expresa prohibición en la nevera de las auxiliares de planta... También debo decir que en mis 5 días, 5 que pasé en el hospital conté que dormí hora y media. No al día. Hora y media en 5 días. Así empecé la maraton de bimadre...

Mi anestesista, ese que cada mañana venía a darme un chute en el cateter epidural que se apiadaron en dejarme, me daba ánimos muy valiosos: "Ana, piensa que una visita más aquí es un café menos que pones en casa"

Y eso que me encantan mis primos, amigos y allegados.

La benjamina tuvo a bien nacer en 5 de agosto, agosto caluroso, vacacional y lleno de lúdicos planes preferibles a visitar a una post-preñada y su chiquillería... No os lo creeréis pero, así y todo, al menos una de las poquísimas visitas que amenizó nuestras escasas 40 horas de hospitalización, me pilló durmiendo la siesta, teta al aire, y en bragas (hacía 40 grados en Madrid, aquel agosto de 2015)

Las visitas están muy bien, son muy majas y las queremos mazo, sobre todo si portan comestibles o regalos fácilmente transportables (eso o la palmera de 3 metros se queda en la capilla del hospital)

Recuerdo aún al borde de las lágrimas la visita de un amigo y su pareja que, no solo simpáticos, locuaces, guapos y breves, portaron dos bandejas de El Club del Gourmet de ibéricos, un paquete de pastelitos premium cuyo recuerdo aún me conmueve y dos pedazo de tarjetas de regalo, también de ECI para los críos.

Y es que las visitas deberían cumplir 5 sencillísimos requisitos:

1) Durar entre 5 y 15 minutos
2) Abstenerse de horarios psicodélicos (siestas y horas de reposo, así en un vistazo)
3) Reiterar al menos 10 veces lo rico(s) que es/ son los nacido(s) y , al menos 15, lo guapa que está la madre
4) Renunciar a robar plano contando sus propios partos, proles y similares (si en con truculencia al menos)
5) Jamás, jamás de los jamases, referirse al posible deterioro físico de la madre... y digo esto porque una visita en casa, 10 días después de parida, me preguntó si ya estaba esperando al siguiente. Sin ninguna blasfemia procedente de mi ser insomne, le dije que si se creía que era un ángel de Victoria´s Secrets... (obviamente, menos aún al posible deterioro de tu morada, eso es de ejecución pública)

Eso y que no deben quedarse a cenar. Nunca. Así insistas en una enajenación. O a ver cómo bañas a los bebés. Si quieren ver baños que se vayan a la tienda de Roca

Y es que hay gente que se merece un buen sopapo... las cosas como son

Comentarios

  1. ¡Hey! Qué alegría ver que has vuelto a publicar (lo veo con bastante retraso, pero ya me pondré al día, ya...)
    Descubrí tu blog en mi primer embarazo, buscando información sobre la maternidad de O'Donnell, y me encantó. Mi primer embarazo coincidió más o menos con tu embarazo de Garbanza III (mi hija nació un poquito más tarde que la tuya, en Noviembre de 2015)
    Me encanta leerte de nuevo!!

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    1. Gracias por tu comentario! Me cuesta encontrar ratitos para escribir, y escribo muchas tontunas, la verdad. Pero me encanta! a ver si soy capaz de mantener el ritmo de al menos un post semanal...

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  2. Cómo te entiendo! Mi señor esposo tenia la intención (preparto) de desconectar el teléfono y el timbre de casa, para hacer como que no había nadie en casa y no abrir la puerta a nadie que viniese sin avisar. Peeeero, todo un mes de ingreso postparto dio la opción a más gente de la que nos hubiera gustado a pasarse a vernos... Y mira tú, recién parida, con dos pasos por quirófano postparto,y sin poder atender a mi hijo como me hubiera gustado pues aún hubo quien se molestó cuando suavemente (mordiéndome la lengua que me hice daño y todo) insinué que no me apetecía una mierda que estuvieran allí, o que si se sentían libres de visitarnos a la hora de la siesta, yo me sentía libre de tratar de echarme la siesta aunque estuvieran allí. Que parece que no hay tiempo para conocer al niño...

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    1. Pero por favor!! como he tardado en leer este comentario! si es que voy como las locas! tienes más razón que un santo. La siesta es sagrada. Y el que no lo entienda, pa su casa

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  3. Me ha encantado leerte!! Y fíjate por donde me he visto reflejadísima...
    Mis mellis también nacieron en o, donell el 31 de octubre y si, también estuve 6h en la UCI mientras el super papi se marcaba su piel con piel duplicado y primerizo.

    Que casualidades!! Y en breves repetimos, esta vez con un hermanit@.

    A descubrir la aventura de ser trimami ;)

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    1. Jolín, cuántas coincidencias! Espero que la trimaternidad se haya dado fenomenal y que nos cuentes!

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