El parto de garbanza III. Felicitá!

Ahora que parece que poco a poco nos vamos organizando como familia numerosa, y ahora que toda mi prole y esposo duermen la siesta a la fresca, me apresuro a contaros cómo fue la cosa en esto de mi segundo parto, el que nos traería, feliz y gozosamente, a Garbanza III



Todo empezó en la madrugada del 4 al 5 de agosto. Como os he contado, pese a mi rubor, ya había ido algunas veces a urgencias con falsas alarmas, temía que colocasen mi foto en la sala de triaje o primera atención sobre el letrero "loca peligrosa" y hasta que me hiciesen cantares... de manera que cuando empecé a eso de la 1am con dolores, me dije a mí misma "no vuelvo hasta estar segura segurísima", me tomé un paracetamol y me dispuse a pasar la mejor vigilia posible hasta los monitores que tenía programados al día siguente. No, no pensaba volver por otra tontada. Mi honor prodrómico estaba en juego.

Más o menos conseguí dormirme. No es que estuviera comodísima pero se ve que, poco dada a las drogas durante el embarazo, el paracetamol hacía su efecto. En fin. Sin embargo, sucedió que a las 4 o 4 y media me desperté, un poco húmeda de bajos... y me hice ilusiones "ay, como haya roto bolsa, qué alegría". Pero de líquido amniótico nada, lo que tenía era las bragas llenas de sangre.

Me dio bastante susto. Eso sí que no entraba en mis planes. Y aún así, por no ser la histérica de otras veces, me lo tomé con calma, me puse a buscar por internet, y me volví a tumbar a ver si el sangrado iba a menos, también leí qué decía el parte de urgencias último.

Una vez documentada, y cada vez más nerviosa (ay, google paramédico, te carga el diablo, amigo) desperté al amore y, visto lo visto en mi experiencia anterior, llamamos a radiotaxi. La idea es que él se quedaba con los mellizos hasta que yo le avisase con novedades.

Tuve la mala idea de contarle al taxista mis vicisitudes (no lo hagáis, no informéis de más) y el hombre, más nervioso que na, tardó 15 o 16 euros en un trayecto que, a pleno día y pleno tráfico, me cuesta 7.

Pongamos que fueran las 5.30 o seis menos cuarto cuando volví a llegar a urgencias de la maternidad, apenas dos noches después de mi última incursión. Enseguida me atendió una matrona bastante maja, (luego supe que se llamaba Cristina), que lo primero que me soltó es que eso era una tontada de sangrado, que no era activo, y que me iban a mandar, de nuevo, a casa... habráse visto... whatsapp al amore: duérmete, que no es nada. Again.

Pese a que insistí en que contracciones, lo que es contracciones no tenía ni media, me engancharon en monitores. Montones de rato. Garbanza III se dormía sin parar, pobrecita, y hubo que animarla con varios meneos barrigueros y un vaso de leche con azúcar... ¿Contracciones? Na de na. Tres piquitos absurdos "de haber respirado más fuerte", según la dicharachera Cristina.

Hala, a incorporarse. A espera al gine. Ese que te va a mandar a casa, desdichada. ¡qué le vamos a hacer! Y después de la sala de espera y que hubiese comprobado en los aseos que manchaba todavía aunque menos, sí menos, no como una regla escandalosa... entré en el box donde me aguardaba el mismo residente salao que durante toda esta preñez acompañaba preceptivamente a mi doctora de alto riesgo. Que le habría tocado guardia. ¡Ah, tú! me espetó. Y ante mi faz compungida me informaba que ese monitor no era una dinámica de parto y que me iba a explorar que la matrona le había dicho que era exploración favorable, como de 3 holgados (cielo santo, 3! siempre 3!!!), que ya me verían por la mañana la doctora a ver si programábamos o qué.

Así que me exploró, pero de 3 nada. Había dilatado 5 cm estupendos y me dijo que así a casa no me podía ir. Que menuda peta le iba a echar la doctora si me dejaba marcharme en ese estado. ¡No me lo creía! Entonces ¿¿sí estaba de parto?? Pues eso parece. Aunque después de tanto pródromo y tanta leche a mí me parecía una broma estar lo que se dice "empezando a parir" y tan pichi. (se ve que es lo que tienen los partos así en fascículos)

A avisar al marío. Que no, que no está en la sala de espera, está con los mellizos. En casa. 7.45 am. Y ante mi llamada tranquilizadora "oye, que cuando se despierten, tranquilamente, los das de desayunar, los vistes y los llevas a la guarde, con calma, y te vas viniendo, que parece que sí, que estoy de parto...." el residente se asomaba "de tranqui, nada, que en un hora lo queremos aquí, máximo"... asomando la cabeza por el box y firmando papeles y papeles de ingreso como si no hubiera un mañana... que tal era su furor que casi me casca las pegatinas de otra parturienta en su frenesi... Noooo, que yo no soy Laura!!! A ver si le van a dar a garbanza a otra

Y así, ataviada con el camisón sepsi, con mi vía en la muñeca izquierda y mis ropas en una bolsa desmesurada de plástico, subí a paritorios... Y el resto, lo cuento en el post siguiente. por crear espectación....

Comentarios

  1. Enhorabuena Ana!
    Bienvenida Garbanza III
    Me quedo con la intriga para el siguiente post.
    Un beso

    ResponderEliminar
  2. Hola!
    Llegué a tu blog por casualidad hace 15 días buscando información sobre el embarazo (estoy de 28 semanas) y me gustó tanto cómo cuentas las cosas que en dos semanas he leído todo lo que has escrito, de cabo a rabo.
    Me suele dar bastante pudor hacer comentarios en blogs ajenos, pero esta vez creo que la ocasión lo merece.
    Muchas felicidades y bienvenida, Garbanza III!!!
    Bea

    ResponderEliminar
  3. Enhorabuena Ana!
    Me alegro de que tengas ya a Garbanza III contigo. Y espero que estéis las dos muy bien.
    Un saludo

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares