Estos pródromos van a acabar conmigo! Haciendo el ridi hasta niveles estratosféricos (urgencias III)

Esto de que las multíparas nos las sabemos todas, bueno, eso es un mito totalmente infundado... al menos en mi caso (aunque me alegra saber que no es el único, gracias Patch). También tengo mis dudas sobre la sabiduría de mi cuerpo, o igual soy yo, que no le entiendo: él es súper híper inteligente y yo, una mema incapaz de descifrar sus prístinas señales. No sé qué es. Pero el caso es que estos pródromos van a acabar conmigo.



Y que frente a esa imagen de Venus "empoderada", madre Gea todopoderosa y dadora de vida, que algunas mujeres parecen encarnar en sus días de preñez... bueno, frente a esa absoluta falacia en mi caso, yo como me siento es en una peli de granjeros, y no soy la humana de las trenzas y el delantal almidonado que controla el cotarro, no, soy una especie de vaca enorme, tirada en un establo, una vaca que muge y se queja, dolorida, y cuyo dueño está decidiendo si dejarla parir en paz o pegarle un tiro para acabar con su sufrimiento.

Llevo varias noches toledanas (investigué de dónde viene el adjetivo, de aquí). Será que soy una floja de narices pero a mí estas contracciones prodrómicas me duelen un Congo y que quitan el aliento. Así que a eso de la 1, de las 2, de esas estupendas horas de madrugada a las que tienden a despertarme, me pongo a cronometrar (cuando puedo, que a veces ni eso, que me bajo aplicaciones y luego las borro por si es que son las culpables de que mis dinámicas de parto no prosperen. Así de loca estoy). También intento jugar a algún juego idiota adictivo del móvil (hay uno de recoger frutas y pollitos que se llama "Farm Heroes" que me tiene loca, y luego sueño con cebollinos sonrientes y fresitas dicharacheras) o me pongo a whatsappear conmigo misma o a repasar cuatrocientasmil veces las fotos vacacionales de todo quisque en Instagram.

Del viernes al sábado las pasé canutas. Empezó la historia a las 1.30... sobre las 2.20 se empezó a mitigar. Me quedaba dormida y me despertaba el dolor de nuevo... y no fui a urgencias porque nunca llegué a la preceptiva hora de pasarlas perras cada 5 minutos o menos. Pero me estuvieron haciendo la puñeta los dolores hasta pasadas holgadamente las 4. Y luego nada. Calma.

Pero anoche, madrugada del domingo al lunes, el asunto empezó a las 2.25 y, esta vez tirada en el futón del sofá que es donde me recluyo cuando el calor no me deja dormir en una cama normal, estuve cronometrando mansamente, sin despertar a nadie, saliendo al balcón a doblarme cual primitiva entre gemidos (que menos mal que a esas horas no hay ni pirri en la calle, que pensarían qué clase de loca vivía ahí). Me duché otra vez, a ver si se pasaba y en la ducha, un relámpago de dolor me hizo doblarme y sentarme en el suelo. Jolín, qué daño.

Total que me puse las lentillas (3.15). Y venga a doler y doler. Y pensé para mí: "a ver si se me sale", porque tenía un dolor en todos los bajos que parecía que me barrernasen. Lo dicho. Soy una blandurria vergonzante.

Así que me vestí (3.30), le dije al amore que me iba a urgencias, que se quedara con los mellis y esperase mi llamada por si no era de coña (como yo esperaba) y teníamos que poner en marcha la logística mellicil y que le mangaba 20 euros para el taxi.

Andando como una especie de paquidermo dolorido, constaté que en agosto no hay tantos taxis como en otras épocas del año. Así que me acerqué a la parada de la plaza. Todo con un movimiento muy sexy y pose de preñada de peli (aunque ahí yo ya me olí que se me iba a parar la historia). En esas estaba cuando pasa a mi vera un coche de policía. Y yo ni caso, que suficiente apuro me dan estos viajes a urgencias de psicótica sin que intervenga la pasma. Pero los dos municipales, súper amables y hasta diría que guapos, y sobre todo preocupados por mi desmesura, reculan, se me paran al lado.

- "¿Estás bien?"
Y yo disimulando: "sí, sí, no es nada. Un paseíto. Que voy a coger un taxi"
Debe de ser que la bolsa al hombro les escamó. La bolsa y la especie de sandía cosmogónica que llevo bajo el vestido:
- "¿No estarás de parto?"
Y yo: "no sé... bueno, seguro que es falsa alarma que ya he ido otras dos veces. No os preocupéis.. que ya veo un taxi y llego a O'Donnell en un santiamén"
Me apoyo un segundo, me dolía de nuevo. Y ellos raudos y presusoros a pararlo. Yo, roja como un tomate, fijo.
- "¿Qué? El primero...
- "No. La tercera. Pero es que soy así (así de tonta)"
- ¿De 37 estás?" (poli informado, contando en semanas y descartando prematuridad, todo en tres palabras)
- "Casi llego a 41"
- "Uff, en tiempo de descuento. Venga, que te llevamos. Que yo tengo tres"

Pero logré colarme en el taxi, que tuvo a bien empezar regañándome por no haber llamado a radio taxi.
Igual fue el temor a que rompiese aguas y le jodiese la tapicería, pero llegamos a la maternidad en tiempo récord. Y empeñado en meterme por la zona infantil... Y yo, que no, que ahí no es...

Total que llego y ya se empezaba a mitigar la historia.

La matrona híper amable pero yo muerta de vergüenza. Dilatada igual que siempre, 2 holgados, casi 3, o 3 (compruebo que la generosidad aritmética depende de quien te mete mano) cuello borrado "casi todo o algo más de 70%"... y la prueba definitiva.... contracciones en monitores ¡¡¡Menos mil!!!

¿Pero por qué ocurre esto? ¿Por qué? ¿Estoy mal del perolo?

Y la pobre garbancita III durmiéndose todo el rato. A esas horas... Lo mismo que yo. Que al menos me eché una siesta ahí tumbada, en mis correas.

No es que yo sienta contracciones en casa y que ese dolor que siento no sean contracciones (bueno, lo mismo sí, porque mi majaretez es estratosférica). Es que llego a urgencias y se para. Milagrosamente. Enajenadamente. Estoy por comprarme un monitor para el hogar. O pegarme un chute de oxitocina sintética.. que lo mismo la encuentro por internet.

La obstetra que me volvió a meter mano tras los monitores (que no sé si habría cumplido los doce años y tenía una cara muy bonita y muy dulce tras sus gafas gigantescas) me dijo que no me disculpase, que era normal, y que a la siguiente urgencia, fijo que me quedaba "si hubiera alguna contracción, te quedabas hoy, pero es que no hay dinámica uterina"... Cagoenlamar...

Pondré fotos poéticas y no de mi cara de cachalote harto de to

No me hagáis caso. Estoy cansada. Maldormida y dolorida. Incómoda. Pero respeto que la pequeña patatosa salga cuando le dé la realísima gana. Solo me inquieta que le pueda estar molestando tanta jarana prodromista... Espero que no. Espero que esté fenomenal ahí dentro.

Comentarios

  1. ¡Me parto con el momento policía! Seguro que se quedaron alucinados al ver a una embarazadísima por ahí sola a las tantas de la madrugada...

    No te preocupes que Martina está perfectamente. Ya te conté en otro comentario que yo tuve un susto porque pensaba que mi peque venía ya mismo y fue ponerme las correas e irse calmando paulatinamente. Poco le importó que a su madre le metieran todo tipo de aparatos esos yogurines con bata verde a los que no hacía más que pedir disculpas por las molestias. Él tan pancho y yo llegué a trabajar con unas ojeras del quince.

    Bendita maternidad. Para que luego digan que todo el preciosoooooo (así, con la boca como buzón).

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    1. Lo de la poli fue tremendo. Tremendo tremendo. Me consuela un poco pensar que no soy la única de "falsas alarmas"... después de la última me dije a mí misma que no volvía hasta q le viera el perolillo... pero me puede el miedo a que le pase algo a bebota. Yo también pido montones de disculpas a todo quisque... Aunque creo que van a colgar mi foto en la sala de triaje "loca enajenada"... Espero que estos días de embarazo se te hagan ligeritos. Que ya te queda menos!

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