Otoño creativo: o enloquecer con la calceta

No es la primera vez que me da por el "knitting" (o sease, el punto, o lo que en google encuentras si tecleas "tejer a dos agujas"). Cuando tejo me acuerdo de mi abuela Auri y de sus manos mágicas y de las veces que me quedaba en su casa a dormir o echar la tarde, y del libro de Mujercitas y de Aquellas Mujercitas y de lo súper increíblemente fantástica que era, y de la leche Frixia y del roscón de Reyes abierto como un bocata para encontrar la sorpresa (eso el abuelo) y de las legañas de Enzo y de la colcha de ganchillo que me regaló una vez y que es uno de mis tres tesoros (con el anillo de pedida y el vestido y zapatos de boda).



Me gusta tejer aunque lo hago fatal, y me imagino a mi abuela revisando los puntos desiguales o los agujerillos y remedando, bondadosa como siempre, mis desatinos (me enseñó a tejer ella, cuando nadie había oído la palabra Youtube y al único ordenador que había en casa había que hablarle con palabras raras escritas en letras verdes).

Así que lo mismo que en primavera me dio por llenar el jardín de glicinias y geranios y por plantar dalias y perejiles, este otoño me ha poseído el espíritu "D'Agostini" y me ha dado por las manualidades.

En dos variantes mayormente: el fieltro (ya os enseño en otro post el regalo tan cuqui que le he hecho a Mía por su tercer cumple) y las lanas. De lanas me he abastecido para cien inviernos entre el mercadillo de los miércoles, Soima y aliexprés (menudo vicio, aliexprés), y me he puesto a crear y crear como si no hubiera un mañana, labores pequeñas y facilitas, pero que me tienen la mar de entretenida.

Lo primero que hice fue un cuello bastante feo para mí, solo para recuperar soltura con esos de los puntos del derecho y del revés y de la orilla y lo que se tercie (mi siguiente desafío es aprender a hacer ochos, soy novata hasta ese punto). Como la lana era azul Klein muy bonita y le casqué al final un botón enorme con forma de corazón, no quedó mal del todo (para mis estándares, quiero decir).

Lo segundo fue un conjunto de cuello y gorrito con pompón para Mía. La lana peluchosa que encontré en Soima es muy bonita (otro día os hablo de Soima, la tienda de manualidades, que es un auténtico paraíso en nuestro barrio) y como la modelo no puede ser más guapa, me quedó estupendo. Seguí un patrón hiper tera fácil de "nosinmispatucos".


Me vine arriba y le hice a Marti una cosa que me parece el colmo de lo trendy y por lo que las abuelitas me paran en la calle. Y es que el vintage tiene mucho tirón ¿Que qué es? Unos calentadores, lo que aquí llaman "scaldamuscoli". Más fácil imposible (montas 22 puntos y tejes como te dé la gana hasta que alcanzas la altura de la pantorrila de tu bebé o hijo, coses con aguja lanera de manera que quede un cilindro e 'voilá').

Cada vez más enloquecida con el punto, decidí sacar a la muñeca favorita de Mía, Lala, de su desnudez (la pobre había pasado hasta entonces su vida en body, su triste body de jirafa con chupete adjunto). Así que la equipamos con sombrero y calentadores en espera de un chaleco que debe llegar los próximos días.
Aquí Lala en versión winter, madre mía cómo la queremos últimamente

Y luego me hice un turbante. Como aquí ya hace un frío que pela pregunté en el mercado el miércoles pasado cuánto costaban y los 12 eurazos me alentaron a fabricármelo yo misma. Esta vez en lana burdeos de aliexprés (ya contaré las cosas de las que me equipo en aliexprés, que son unas cuantas)
Aquí servidora en versión mongol

Mi último proyecto es un regalo para Andrés por su cumple. Y es un perro. Sí un perro tejido. Un perro verde. (Nuestro Vavía! ya os hablaré de Vavía que es el otro regalo de cumple) El tutorial lo encontré aquí. Y el resultado, este (creo que le voy a poner otras dos patas porque a Andrés fijo que le perturba que tenga solo dos)

Aquí, VAVÏA


¿Qué será lo siguiente? ¿Una capota para Marti? ¿Otro turbante para las peques? ¿Una manta de restos para Andrés? ¿Una bufanda molonga para el amore?
Recomendadme webs para aprender o laborcillas sencillas, anda. Me encantan las manualidades. Y si puedo involucrar a los peques de alguna manera, más.

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