comportándome cual preñada histérica también en mi segundo embarazo: urgencias!

¿Que las locas son las primíparas que no se lo saben aún? ¿que las secun y tríparas ya tienen experiencia y se toman las cosas con más calma? ¿que una ya reconoce las contracciones una vez parida y biparida? ¿que la veteranía es un grado y la histeria se va pasando en proporción directamente relacionada con el número de hijos? ¡Ja! Yo siempre seré una psicótica exagerada... así que, sí, también en este segundo embarazo volví a urgencias con falsa alarma de parto. ¿Que si no me da vergüenza? Sí. Me da.

Haré un inciso en mi descargo. No fui corriendo cual enajenada, sacando al amore de los brazos de Morfeo y con los pelos de punta y en frenesí. No. Fui tranquilamente, por la mañana, y un poco aprovechando que ya estaba en el hospital, el Gregorio Marañón (que al final acaban colgando mi foto por los pasillos, cual madre loca del mes), para una analítica.

Entre la madrugada del viernes y el sábado había pasado una noche horrible. Tenía contracciones que dolían ya (un congo) bastante, la garbanza estaba en modo batidora e, imagino que del agotamiento, me dolía cada poro de la piel. No es hipérbole. Estaba molida. Pero me daba pudor y cosilla ir a urgencias. Dejar a M* con los peques y que los residentes se rieran de mí. Dije, si va a más, vas... si se acaba parando, te quedas... A las dos horas o así se paró y me dormí. 

Los dos días siguientes no tuve molestias más allá de esas que son el pan nuestro de cada día de preñada (este embarazo tengo nuevos amigos, ya os hablaré de ellos, los ardores han sido un gran descubrimiento, por ejemplo).

Pero en la madrugada del domingo al lunes... otra vez las puñeteras contracciones, que eran de las de verdad, os lo juro, no las Baxton Hicks esas de broma

Total, que el lunes mañanero tenía que llevar mi cultivo y mis cosas y tenía que hacerme analítica ya que vuelvo a eco y revisión el día 22, rebañando la semana 35... y como no me encontraba "muy católica", que decía mi abuela, pues me decidí, me bajo a urgencias.

Me trataron con respeto porque en el GM son más majos que las pesetas y porque les conté mis antecedentes en esto de la procreación y no me vieron cara de loca desencajada. O no sé. 

El caso es que me enchufaron a un monitor del que el corazoncito de Garbanza III se escapaba una y otra vez (hasta que por lo visto se quedó dormida, de aburrimiento), monitor que, debo confesar para mi oprobio público, no registró ni media contracción, ni un cuarto, ni na de na.... Y eso que me tuvieron como media hora.

Luego me vio el ginecólogo, que debía tener como 13 años, pero era muy simpático y dicharachero, y me dijo que no me preocupase, que en el segundo embarazo se notan más las contracciones, que no había hecho la histérica y que si es que no había desayunado aún que tenía a garbancita un poco amodorrada. En efecto, no había desayunado todavía. También me preguntó, con cara de guasa ¿no te he visto antes por aquí? Y yo, que va, que va... (en este embarazo aún no)

Minutos más tarde, y yo sentaba frente a él, le oí al teléfono algo que me escamó un poco, y es que en monitores había dos mozas que parecía que estaban muriendo del dolor y el parimiento (una sobre todo, que tenía rasgos indios de sudamérica, que suspiraba con muchos decibelios y hacía arcadas cada vez que le venía una contracción, que anunciaba...) La otra era más calmada y solo se retorcía en el monitor y decía: ya, si la otra vez tampoco teníais paritorio libre y recuerdo esas tres horas con horror... todo como muy zen y sin gritar... más una tercera, china u oriental, en la sala de espera, que gritaba bajito, como un gatito, y apretaba mucho los ojos... mientras su marido miraba frenéticamente el móvil, no sé en busca de qué....

Total que al teléfono el médico superdotado adolescente dijo: No, no, dos paritorios con urgencia no necesitamos, que la primi (primípara, espero que no fuera la india agonizante) ha venido 400 veces a urgencias y puede esperar un poco...

Ahhhhhh, He aquí por qué igual no es buena idea lo de ir a urgencias sin parar. Se quedan con tu cara. Y se vengan!

En cuanto a lo que de verdad, me importaba, mi pequeña y su hábitat actual, el gine me dijo que tengo el cuello del útero todavía larguísimo, por supuesto cerradísimo y que... y esto es lo mejor de todo ¡¡¡¡Garbancita se ha colocado en cefálica!!! Quizás han funcionado los truquis que os contaba hace unos días (probablemente lo ha hecho porque le ha dado la real gana y posiblemente vuelva a girar 50.000 veces más)

Total, que estoy majara, soy cagona y ya he vuelto a hacer el ridi... ¿os ha pasado a vosotras algo así? ¿tengo perdón de Dios o más bien no?

ACTUALIZACIÓN CHULI: mi amiga Teresa, que sí que sabe de maternidad y preparto, me recomienda un blog estupendo, que mantiene una de las matronas del Hospital Universitario Rey Juan Carlos de Móstoles (otro que me da que voy a ir a ver). En "Historias de una barriga" explica cuándo ir a urgencias en el tercer trimestre, igual no estoy tan loca después de todo...