Mis 10 antojos de embarazo: post hedonista

Decía Oscar Wilde que la única diferencia entre un capricho y una pasión eterna es que el capricho dura más tiempo. Yo, que soy de natural caprichoso (pero también contentadizo), en el embarazo me vuelvo un poco más indulgente con mis apetencias, no me vayan a salir los churumbeles con una mancha en forma de bollicao en la frente.


Y escojo este ejemplo adrede porque nunca saldrían con mancha en forma de aguacate o de zanahoria o de fresa o de comida saludable (Mía, mi cachorra mayor tiene un angioma como un corazón en el interior del codo, ahora mutado a una especie de chistera o borsalino, o hasta Renault 5 de antaño, que se está blanqueando y según la pediatra acabará por desaparecer)...

En el embarazo anterior, mi principal obsesión era comer hamburguesas. Hubiera comido una al día. Quería carnaza. En este soy más de marraneo constante, de chuches y cosas un poco peculiares. También estoy más activa si es que tengo un antojo. Sé que al amore no hay quien le convenza, así que si hay que quitarse el pijama y vestirse de nuevo para bajar al chino, porque alguien en un grupo de whatsapp ha mencionado unos donetes, y yo necesito comerlos, tengo que comerme un donete sí o sí, pues se baja. Y cito un caso real.

Considerando que llevo una sarta de kilos encima que voy a tener que pelear en el postparto, mi "top ten" de antojitos predilectos de este embarazo (y los anoto para recordarlos yo y para ver si coincidimos en alguno) incluye.

  • 1. Alli Oli Chovi. Es pasión lo que siento hacia este tarrito amarillo (el del mortero). Se lo echaría a todo. Al ser un producto industrial es totalmente 'seguro' y a mí me enloquece. Me refiero a que no tiene el riesgo de salmonellas de las mayonesas caseras y salsas crudas. Si mi padre se tira el rollo y nos trae un tupper de fideuá (y alguna vez lo ha hecho) es el summun de la delicia.
  • 2. Limonada Limón o Nada. Tuve más adicción al principio de embarazo. Me encantaba su sabor. Particularmente en la opción con hierbabuena y bien fría. En la cafetería de mi trabajo también es "bebida de moda" y eso contribuye.
  • 3. San Miguel 0,0. Este verano han sacado sabores muy guarreros... que si piña con maracuya, mango con noséqué... frutas tropicales que parecen una macedonia... Esas no me gustan. Pero la clásica con manzana o con limón. Eso es un premio con la torraera que tenemos encima.
  • 4. Mató queso del Pirineo. Este requesón es espectacular de rico. Lo tienen en la charcutería gourmet de debajo de casa e imagino que en grandes supermercados y con azúcar moreno te comes la tarrina en dos sentadas (o en una, pero en una no me dejo a mí misma)
  • 5. Chocolate Lindt rojo en cubitos. Es una pasión de final de preñez. Pero muy intensa. Siempre me han vuelto loca las bolas rojas de bombón de esta marca en Navidad. Este chocolate en cuadraditos es igual de rico... o mejor. La verdad que yo soy muy muy chocolatera. Salvo los puros, para sibaritas o connaiseurs, me gustan todos. Con leche y galletismo, mejor.
  • 6. Horchata Chufi. En casa la horchata nos vuelve locos a todos (incluidos los mellizos) y mi marido se empeña en traer marcas y más marcas a cual más esotérica (que si maestro horchatero, que si Panach, la de ECI...) la horchata más rica (incluso más rica para mi que la de muchas heladerías) es la Chufi clásica. La del tapón rojo. Mmmmm
  • 7. Polo de Sandía de Nestle. Por seguir con los dulces veraniegos. Es un descubrimiento. Bonito y rico. Tiene hasta pepitas de chocolate para remedar las pipas. Y el rojo sabe a sandía y el verde a manzana. Si Andrés me ve comiéndolo, me pone cara de muñeco, y me lo acaba robando siempre. Y me quedo sin merienda. Por cierto, que buscando su foto veo que se llama Pirulo. (es mi polo español predilecto, seguido de cerca por el mítico Twister de Frigo)
     
  • 8. Mortadella de Bolonia auténtica. Que no digo yo que no sea un sustituto de ese jamón ibérico que me impido comer por miedo a toxoplasmosis... pero es que es una delicia. Y si en el pan se pone un pelín de pesto (o de aceite si no hay pesto), más.
  • 9. Melocotones. Por más que mi madre se pasase toda mi infancia y adolescencia asegurando que yo soy una loca del melón, no es cierto. La mejor fruta del verano es el melocotón. Y los de Calanda, eso ya es otro universo superior...
    mirad qué belleza,  que parece una joya de Tiffanys
  • 10. Liquí. Este es un antojo irrealizable. Un antojo internacional. Pero este polo de limonada que no tiene palito, sino una barita de regaliz. Bueno, esto es lo mejor de Italia... ni pizzas, ni duomos, ni na. Desde que lo probé en el chiringuito/balneario Antonio de Civitanova... un verano no es igual de verano sin él. Hay alguna receta para hacerlo casero... pero no es igual, obviamente.
(ni hace falta que diga que no es un post patrocinado, ojalá lo fuera)

Comentarios

  1. Hola Ana, felicidades por el blog! Me lo he leído enterito! Yo estoy esperando mi primera hija para principios de diciembre. :)
    Ha nacido ya tu bebe? No dejes de informarnos!!
    Por cierto, no he encontrado la opción de recibir un email cuando hay un post nuevo verdad?

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    Respuestas
    1. Sara, muchas gracias por tu comentario!
      Pues es que yo soy un poco cateta con estos temas más "técnicos", pero se lo voy a preguntar a mi marido... ajá! me dice que lo sabe poner!! en cuanto vuelva, hacemos una lista de distribucion y te tengo al tanto de todas mis tontadas (que son infinitas)

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  2. Ya estoy apuntada! :) así me entero cada vez que publiques un post nuevo!

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