Las cosas del comer... y otras disidencias con mi suegra

A ver, amore, si lees esto, no te enfades, no te cabrees que ya sabes que a tu madre, con nuestras rencillas, la quiero un montón, que sé que es más buena que el pan, me consta. A ver, hijos míos, si en un futuro me leéis, no penséis que no agradezco a la abuela C* su ayuda, sus desvelos y sus tuppers... es solo que es mi suegra, e, indefectiblemente, alguna oposición debe de haber, ¿no? Cosas de suegritud...

Además, que lo mismo hasta es ella quien tiene razón. ¡Yo soy un desastre en tantas cosas! Lo mismo me leéis y coincidís con ella y soy yo la equivocada.


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Me desahogo un poco en este post solo en lo que afecta a la frugalidad alimenticia de la madre de mi marido. Que si, que ya sé que Carlos González dice que no hay que forzarles, y que los peques comen poco, pero una cosa es eso y otra pensar que si te está pidiendo un petit suisse, y al acabarlo, te pide otro, no se lo puedes dar no sea que le siente mal ¿o me equivoco? Yo les doy los que me pidan siempre. Feliz como estén en vena... cosa que no ocurre prácticamente nunca.

Si Marti desayuna en casa de mi suegra y "ha comido un montón", significa que ha ingerido un petit-suisse (aquí fruttolo, probablemente no entero), 4 o 5 minúsculas láminas de manzana (que mi suegra se las hace tipo "hostia" y aquí cito a su marido, que es el que las define y es que son, en superficie, como un cuarto del pan ácimo que te darían al final de la misa y en anchura, iguales o más finas) y lo mismo 2 o 3 pellizcos de jamón de york, que mi suegra le tritura y desmenuza no sea que se atrangante.

Si Marti come eso en casa, en cualquier momento, con lo que yo me quedo es con que no ha comido un carajo. Si yo le doy una manzana, se come al menos media o tres cuartos o una pequeña (ayer merendaron una y media enormes entre las dos hermanas, con un pelín de mi ayuda, Andrés es ver una manzana y salir corriendo como si fuera una vacuna) De jamón de york, mínimo mínimo, una loncha...

Pero para mi suegra es distinto. Dice que a los niños hay que ponerles muy poca cantidad en el plato porque, si no, se aturden y no comen nada. Los míos, sin embargo, que son de percentil aleve, como les pongas un peo delante, se comen ese peo, fardan de que se lo han zampado "tutto" y a la que pretendas rellenar de nuevo, a no ser que sean salchicas o chocolate o tengan muchísima hambre, te dicen que pa Rita la cantaora.

La última, y ya paro, lo prometo, mi suegra es "polpettista", le encanta hacer filetes rusos y la verdad que le salen fetén. Y además mis suegra nos da tuppers todos los días (y cuando digo todos, puede ser que sean 362 sobre los 365 del año, además de todos los productos de limpieza que nos regala, con particular predilección por el rollo de papel de cocina y de papel higiénico... preferencias suyas). Vuelvo a las polpettas, si mi suegra me da un tupper para la cena de los niños, ¿adivináis cuántas polpettas vienen, polpettas del tamaño de un círculo que se formaría al unir la uña de mi dedo índice con la primera falange del pulgar?

Pues no lo digo, adivinadlo si os atrevéis. Que esta vez haya final en el aire para crear suspense...

PD. Ha sido muy difícil para mí adaptarme a Italia, en una ciudad pequeña, sin coche, sin amigos, sin familia, y con una suegra (que antes estaba a miles de km, a dos manzanas) una suegra a la que ver todos los días un par de veces... no me tengáis en cuenta el desahogo... Suegri es bastante guay y ayuda todo lo que puede, las cosas como son. Si me pregunta alguna vecina cotilla malvada del barrio yo siempre le digo que mi suegra se merecería que le regalase flores a diario (así de pelota soy) Además que de verdad creo que un regalo para los peques aquí es tener abuelos super presentes... eso lo tengo claro.



Comentarios

  1. Ay Ana, tu suegra es la antítesis de mi madre que si por ella fuera daría de desayunar tres veces pero en verdad que tienes toda la razón. Si yo fuera tú, mandaría a los niños ya desayunados y así me quedaría tranquila. Un petit suisse y tres láminas de manzana es NADA. Ains que desesperación tenemos las madres...¿por qué carajo los que cuidan de nuestros niños en algún momento no lo hacen a nuestra manera y pasan por encima de lo que nosotros consideramos mejor??Yo siempre le he prometido a mi hija (a la mayor que tiene 14 porque a la pequeña aún no puedo) que cuando ella sea madre yo haré lo que ella considere..y por Dios que espero acordarme de mi promesa y no decaer! Besos y toneladas de paciencia..o meterle comida de estrangis en sus mochilas...no queda otra Ana!

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