Que vienen curvas... la diabetes gestacional
Allá por la semana 24 de embarazo (en realidad, entre la 23 y la 27 más o menos) el ginecólogo, o el endocrino o la matrona o algún médico te dirá que te tienes que hacer "la curva". Es el que se llama también Test de O'Sullivan y lo que pretende comprobar o medir es cómo tu cuerpo reacciona a la ingesta de azúcar y si sabe metabolizarla bien, sin hacer daño a tu o tus peques, es decir si has desarrollado o no Diabetes Gestacional.
Lo mismo replicas en este punto... "pues a mí me la hicieron antes". Podría ser... Si hay factores de riesgo: edad (35 o superior), familiares de primer grado diabéticos, sobrepeso o antecedentes de partos con bebés enormes, lo normal es que te hagas una en el primer trimestre y otra en la semana 24... aunque queda a discreción y criterio del médico que te repitas la prueba de marras las veces que sea necesario.
Yo ya me había hecho (y no mucho antes de mi preñez, la verdad), una de estas curvas cortas, y gracias a ella supe que tenía resistencia a la insulina. Pensaba, por eso, que lo mismo me hacían la curvita antes. Pues no. Mi endocrino, Bismark II, me controló la glucosa en análiticas periódicas en los primeros meses, me puso la dieta espartana de la que os hablaba y me lleva haciendo ir a verle cada dos semanas desde el positivo, para pesarme (y regañarme), que ni Naturhouse, vaya... Bueno, él también me toma la tensión y me palpa la tiroides...
El O'Sullivan es una "chorrá". Vas al hospital (a mí me dijeron que en ayunas pero en algunos centros esto no lo especifican) te pinchan para ver tu nivel de glucosa en sangre así de entrada y te dan a beber una botellita muy fría que sabe algo así como a limonada o naranjada (la primera vez fue a naranjada y la segunda a limonada). Yo, que apenas tomo dulces desde hace meses, la disfruté horrores. Me supo riquísima, tan dulzona. El caso es que esperas una hora sin moverte del sitio (lo único que puedes es hacer pis, si no lo necesitas mucho) y te vuelven a sacar sangre.
En unos días, te dan los resultados. Los míos, mal. No desastrosísimos, pero sí malamente. El valor máximo que puede dar en ambas extracciones es 140. A mí me salió 153. Al menos no me diagnosticaron diabetes directamente (lo que pasa si el valor es igual o superior a 200), al menos tuve derecho a 'repesca'. Es decir, debí hacerme "la Curva larga" (el SOG, la prueba de Sobrecarga Oral de Glucosa), unos días después, 7 u 8.
Me había gustado a mí el liquidillo 'O'Sullivan' y pensé que lo mismo me daba esperar una hora que tres, que es lo que dura la larga (una amiga mía italiana dice que la curva larga allí dura seis horas pero creo que se lo inventa o que la entendimos mal). Nada que ver.
El nuevo potingue tiene el doble de azúcar que el de la curva corta -he leído que es el equivalente a comerte 20 terrones de azúcar de una sentada- y es tan empalagoso -incluso para mí que me comería la leche condensada a cucharadas- que te revuelve de una manera increíble. ¡Además que los peques se vuelven locos! Con lo cual el efecto batidora estomacal aturde sobremanera. Yo me puse verde, empecé a sudar... La primera hora la llevé con cierta entereza... Nos pusimos a cotillear algunas mamás sobre la crueldad de las dietas y lo repugnante del bebedizo, mientras otra camarada echaba la pota indignamente ("ha sido solo un poquito -trataba de aducir-, señora enfermera, salga y mire que no ha sido casi nada, que puedo seguir", todo en vano, si potas repites, no hay clemencia).
Tras el segundo pinchazo y pese a un préstamo de abanico, empecé a llevarlo muy cuesta arriba, pero fatal fatal, y me empezó a agobiar vomitar ahora que había superado tan empinado tramo... sudaba, me mareaba, intentaba entretenerme, me volvía a abanicar, metía la cabeza entra las piernas pese a la panza... todo en vano. Así que, lo mismo que otra compañera de fatigas minutos antes, pedí asilo político en las camillas ("mejor os tumbáis que vomitáis", nos habían advertido las amables enfermeras) y ahí reclinada y abanico en ristre, resistí hasta el tercer pinchazo y me fui recuperando. Quise volver a salir a la sala de espera entonces pero la enfermera, que era un amor de mujer, me dijo que mi cara tenía un color delator y que mejor me quedaba donde estaba. Hasta me eché una siesta.
Tras mi indigno proceder y mi evidente malestar di la prueba por perdida. No debía yo de estar metabolizando muy bien si me causaba esos efectos el brebaje. Me daba angustia imaginar a mis peques forzando sus diminutos pancreas por mí, por mi gordopilez, arriesgándolos a ser unos barriletes (los bebés macrosómicos, muy grandes, tienen a menudo que ver con la diabetes gestacional y sus partos son mucho más difíciles) y a sufrir hipoglucemia (tanto hábito tienen de lidiar con la glucosa descontrolada que luego nacen y todo les sabe a poco)...
Tres días después llamé con pocas esperanzas.
Sin embargo, ¡Mis presagios derrotistas no se cumplieron! y el doctor (en la seguridad social no se extienden mucho en explicaciones) me dijo que "estaba perfecta". Cling. Fin de la conversación telefónica.
Eso me hizo muy feliz porque mi médico habitual me había avisado que una dieta más restrictiva que la que llevo (1800 cal) no entraba en consideración y que el siguiente paso era la insulina.
¡Pero salió bien! ¡Qué alegría!
Os contaré que aparte de cumplir mi dieta sin licencias durante días no hice mucho más. Me habían chivado que si una camina como si no hubiera un mañana los días previos a la prueba, hay más posibilidades de que salga mejor. Yo no sé si me lo creo. En todo caso pensé que si es que tenía la dichosa diabetes, mejor detectarla y controlarla.
Os dejo con los valores que deberían salir. (ah, tienen que salir dos mal para que diagnostiquen diabetes)
Glucosa ayunas 105
A la hora 195
A las 2 horas 165
A las 3 horas. 145
La verdad es que es una prueba con su dosis de controversia... pero las mamis de mellizos (y más las resistentes a la insulina) tenemos muchas papeletas para que nos salga mal. Yo prefiero que me controlen, aunque luego me ponga mustia cada desayuno de leche con pan.
Lo mismo replicas en este punto... "pues a mí me la hicieron antes". Podría ser... Si hay factores de riesgo: edad (35 o superior), familiares de primer grado diabéticos, sobrepeso o antecedentes de partos con bebés enormes, lo normal es que te hagas una en el primer trimestre y otra en la semana 24... aunque queda a discreción y criterio del médico que te repitas la prueba de marras las veces que sea necesario.
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| Mirad qué embarazada tan saludable, aunque ¿qué le ha echado a la ensalada? ¿calamares o Fritos? |
El O'Sullivan es una "chorrá". Vas al hospital (a mí me dijeron que en ayunas pero en algunos centros esto no lo especifican) te pinchan para ver tu nivel de glucosa en sangre así de entrada y te dan a beber una botellita muy fría que sabe algo así como a limonada o naranjada (la primera vez fue a naranjada y la segunda a limonada). Yo, que apenas tomo dulces desde hace meses, la disfruté horrores. Me supo riquísima, tan dulzona. El caso es que esperas una hora sin moverte del sitio (lo único que puedes es hacer pis, si no lo necesitas mucho) y te vuelven a sacar sangre.
En unos días, te dan los resultados. Los míos, mal. No desastrosísimos, pero sí malamente. El valor máximo que puede dar en ambas extracciones es 140. A mí me salió 153. Al menos no me diagnosticaron diabetes directamente (lo que pasa si el valor es igual o superior a 200), al menos tuve derecho a 'repesca'. Es decir, debí hacerme "la Curva larga" (el SOG, la prueba de Sobrecarga Oral de Glucosa), unos días después, 7 u 8.
Me había gustado a mí el liquidillo 'O'Sullivan' y pensé que lo mismo me daba esperar una hora que tres, que es lo que dura la larga (una amiga mía italiana dice que la curva larga allí dura seis horas pero creo que se lo inventa o que la entendimos mal). Nada que ver.
El nuevo potingue tiene el doble de azúcar que el de la curva corta -he leído que es el equivalente a comerte 20 terrones de azúcar de una sentada- y es tan empalagoso -incluso para mí que me comería la leche condensada a cucharadas- que te revuelve de una manera increíble. ¡Además que los peques se vuelven locos! Con lo cual el efecto batidora estomacal aturde sobremanera. Yo me puse verde, empecé a sudar... La primera hora la llevé con cierta entereza... Nos pusimos a cotillear algunas mamás sobre la crueldad de las dietas y lo repugnante del bebedizo, mientras otra camarada echaba la pota indignamente ("ha sido solo un poquito -trataba de aducir-, señora enfermera, salga y mire que no ha sido casi nada, que puedo seguir", todo en vano, si potas repites, no hay clemencia).
Tras el segundo pinchazo y pese a un préstamo de abanico, empecé a llevarlo muy cuesta arriba, pero fatal fatal, y me empezó a agobiar vomitar ahora que había superado tan empinado tramo... sudaba, me mareaba, intentaba entretenerme, me volvía a abanicar, metía la cabeza entra las piernas pese a la panza... todo en vano. Así que, lo mismo que otra compañera de fatigas minutos antes, pedí asilo político en las camillas ("mejor os tumbáis que vomitáis", nos habían advertido las amables enfermeras) y ahí reclinada y abanico en ristre, resistí hasta el tercer pinchazo y me fui recuperando. Quise volver a salir a la sala de espera entonces pero la enfermera, que era un amor de mujer, me dijo que mi cara tenía un color delator y que mejor me quedaba donde estaba. Hasta me eché una siesta.
Tras mi indigno proceder y mi evidente malestar di la prueba por perdida. No debía yo de estar metabolizando muy bien si me causaba esos efectos el brebaje. Me daba angustia imaginar a mis peques forzando sus diminutos pancreas por mí, por mi gordopilez, arriesgándolos a ser unos barriletes (los bebés macrosómicos, muy grandes, tienen a menudo que ver con la diabetes gestacional y sus partos son mucho más difíciles) y a sufrir hipoglucemia (tanto hábito tienen de lidiar con la glucosa descontrolada que luego nacen y todo les sabe a poco)...
Tres días después llamé con pocas esperanzas.
Sin embargo, ¡Mis presagios derrotistas no se cumplieron! y el doctor (en la seguridad social no se extienden mucho en explicaciones) me dijo que "estaba perfecta". Cling. Fin de la conversación telefónica.
Eso me hizo muy feliz porque mi médico habitual me había avisado que una dieta más restrictiva que la que llevo (1800 cal) no entraba en consideración y que el siguiente paso era la insulina.
¡Pero salió bien! ¡Qué alegría!
Os contaré que aparte de cumplir mi dieta sin licencias durante días no hice mucho más. Me habían chivado que si una camina como si no hubiera un mañana los días previos a la prueba, hay más posibilidades de que salga mejor. Yo no sé si me lo creo. En todo caso pensé que si es que tenía la dichosa diabetes, mejor detectarla y controlarla.
Os dejo con los valores que deberían salir. (ah, tienen que salir dos mal para que diagnostiquen diabetes)
Glucosa ayunas 105
A la hora 195
A las 2 horas 165
A las 3 horas. 145
La verdad es que es una prueba con su dosis de controversia... pero las mamis de mellizos (y más las resistentes a la insulina) tenemos muchas papeletas para que nos salga mal. Yo prefiero que me controlen, aunque luego me ponga mustia cada desayuno de leche con pan.
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