Zafarrancho garbanzo: la colada

Igual es una memez, pero a mí me hace mucha muchísima ilusión comprarles ropita a los garbancillos y también me hace ilusión lavarla amorosamente y colocarla, tanto en la bolsa del hospital -hablaré de ella, queridas, tuve una paranoia de lo más idiota con esta estupidez- como en el armario -me temo que también escribiré sobre él.

(Y es que el armario, quede entre paréntesis, es otra de mis tonto-obsesiones de preñez y es que tenemos uno muy feo que mi marido no me deja cambiar ni pintar y para el que llevo tres meses pidiendo una cajonera que no compramos nunca. Le tengo manía yo al armario, soy así de injusta con los muebles feos de Ikea).
Así soy yo, hacendosa como pocas (?)
este cartel retro a la venta en Polivore

Volvamos a la colada: Mi blando cerebro preñil ha decidido hacer caso a las indicaciones de mi progenitora en este aspecto y, tras ordenar la ropa por 'edades' (0-1 meses, 1-3 y lo poco que tengo para más grandecitos) he sacado el Norit (que es hipoalergénico, así que eso bien), el barreñito y hala a lavarlo todo a mano, tenderlo con amor y plancharlo una vez seco. Me puse los grandes éxitos de los Beatles y me dispuse a frotar.

(Debo añadir que, en pleno torre de agosto, según acababa de tender que si polainas, jerseicitos, bodies, pantaloncitos y toda la pesca... y llamaba al amore, a la sazón en Italia, cayeron cuatro gotas tormentosas y al recoger la colada apresuradamente se me destiñeron dos polainas blanquitas que ahora tienen efecto tye-dye, pues nada, que tendré una bebita hippie, ¿qué le vamos a hacer?)

Otra cosa que hago yo con la ropita garbanza es quitarle todas, pero todas, y cuando digo todas son todas, las etiquetas. Me han dicho varias personas (no sólo mi madre) que la piel de los peques es muy sensible. Y si a mí me da yuyu el libro de instrucciones que te casca Zara en cualquier camiseta, vestido... ¿cómo no les va a dar a ellos, tan pequeñines y suaves?

Sin embargo, de vuelta de Italia mi marido me ha traído algunas cositas de hijos de primas y así y se ve que a ellas el asunto etiqueta les traía al pairo, o que sus bebés eran más sólidos o vete a saber... (yo les he quitado las etiquetas, igual, es como una fijación) Y vuelta al Norit.

Ahora me falta lavar el carrito que también nos han vendido unos amigos de segunda mano (ahhh, gran asunto el carrito), el cubrecolchón y recubrimiento de los moisés (también vendidos) y una mantita de juegos, además de un par de protectores de cuna cedidos, que lo mismo ni lavo porque tampoco es que me gusten mucho..

¿Cómo lleváis vosotros el tema 'colada'? ¿Todo lo laváis a mano o la lavadora aguanta algunas cosas? ¿Y tenéis mi misma manía a las etiquetas?

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