Counting down y mensaje garbanzo

Todo el embarazo con mi ginecólogo alertándome de lo poco que molaría tener bebés muy prematuros y al final mis campeones han resistido dentro de su mami hasta tal punto, que los médicos han dicho que ya toca salir a ver mundo.

Mañana a estas horas, si Dios quiere, ya tendremos al príncipe y la princesa Garbanzo con nosotros y, bueno, os imagináis la emoción increíble que supone. Estoy más nerviosa que la víspera de mi boda, que el día antes de que empezasen las vacaciones cuando era pequeña, que el primer día de cole. Todo es expectación y maravilla.



Tenemos que ir a la maternidad tempranito y, dependiendo de si garbancita sigue colocada (el lunes lo estaba!) o no (ya sabéis que es gimnasta) podremos intentar una inducción de parto o una cesárea. Y les conoceremos, al fin, de vista quiero decir, y les oiremos llorar por primera vez (se me pone la carne de gallina), porque por sus caricias, sus hipos, sus patadillas y sus acrobacias les conocemos ya, y les cantamos, les tocamos desde el otro lado de la panza y les hablamos de millones de cosas.

Hace meses empecé un proyecto que me hacía ilusión para mis hijos, fui pidiendo a la gente que más me importa que les regalase a ellos un secreto para ser felices, una fórmula para estar más contentos. Ya sabemos que la vida a veces es más difícil (no siempre tiene cara de víspera de Reyes) y está bien tener trucos y conjuros para sobreponerse y ver las cosas desde el lado más amable. No sabéis que cosas más bonitas, cuántas palabras sabias, tienen de regalo mis gamusinos.

Les quiero dejar aquí un borrador de las mías.

"Mis tesoros, a veces es difícil saber lo que uno quiere. Y hay muchas cosas que dan un poco igual, no son para tanto, son tontunas que no podemos dejar que nos incordien. Otras son caprichos, y es maravilloso poder regarlárselos uno de vez en cuando (una merienda rica rica con tía Carola, un domingo de indolencia total con papá, un paseo por un jardín maravilloso, una maratón de canciones que nos ponen nostálgicos, una buena peli, ir de compras...) la gente con quienes compartamos esos momentos de vida incandescente y feliz es lo que en realidad cuenta.

Y luego están los sueños, aquello que sabemos que nos hará de verdad dichosos, los Sueños con mayúscula, lo que nos da sentido. Cuando reconozcáis uno, entonces dejaros la piel para cumplirlo. No importa cuánto tarde, no os rindáis, no dejéis que nadie os convenza de que no se puede.

Ojalá sepa, mis koalitas, tender para vosotros todas las redes que hagan falta y ayudaros a abrir cualquier puerta que se haya quedado un poco enmohecida y encajada". Que ningún Sueño os parezca inaccesible nunca.

-En fin, que la mamá garbanza, con las hormonas cual fuegos artificiales, se pone un poco tonta y se emociona. ¡Tengo tantas ganas de conoceros!-

"Mañana empieza un Sueño para mí y vosotros sois los protas.

Un abrazo gordo gordo gordo gordo.
Y sed buenos, por favor, y naced bien.
Bienvenidos a esta cosa tan desconcertante y tan maravillosa que es la vida".